Después de recomendaros en el último post, un día diferente en contacto con la naturaleza, por las cercanías de la capital de España, hoy os contamos dónde pasar una tarde muy cool por el centro de Madrid.
En nuestra última visita el fin de semana pasado, decidimos relajarnos y disfrutar de todas las alternativas que ofrece el Mercado de San Antón, situado en el famosísimo y céntrico barrio de Chueca.
En nuestra última visita el fin de semana pasado, decidimos relajarnos y disfrutar de todas las alternativas que ofrece el Mercado de San Antón, situado en el famosísimo y céntrico barrio de Chueca.
LLegar a Chueca, es relativamente sencillo, teniendo en cuenta que se encuentra en el centro de la ciudad.
Nosotros decidimos dejar el coche en el parking del Paseo de Recoletos, justo enfrente de Cibeles. Desde ahí puedes llegar fácilmente a pie, en unos 10 minutos al Mercado.
El edificio se sitúa en la intersección de las calles Augusto Figueroa, Barbieri y Libertad, y ya desde fuera llama la atención por el colorido de sus luces y decoración, que a pesar de no ser Navidad, parece propio de esas fechas.
El edificio se sitúa en la intersección de las calles Augusto Figueroa, Barbieri y Libertad, y ya desde fuera llama la atención por el colorido de sus luces y decoración, que a pesar de no ser Navidad, parece propio de esas fechas.
El
mercado consta de tres plantas. La primera de ellas está dedicada a la
venta de productos desde embutidos
hasta hamburguesas de calidad o frutas y verduras variadas. Mientras que en la segunda, está compuesta por una taberna-vinoteca y diez puestos de show cooking / take
away, en los que es posible degustar y llevarse a casa desde
especialidades griegas hasta comida japonesa, marisco, dulces, batidos y
zumos.
Esta planta cuenta también con la Sala Trapezio, que acoge
diferentes iniciativas culturales.
En la tercera planta se ubica el restaurante La Cocina de San Antón
donde se pueden comer los productos adquiridos previamente en los
puestos de la primera planta, pero cocinados por un suplemento de cuatro
euros.
El restaurante ofrece un menú diario a mediodía y una amplia carta basada en productos frescos y naturales propios de temporada, con platos inspirados en la cocina tradicional española con algunos toques internacionales.
Junto al restaurante se encuentra una de las terrazas más de moda de la capital. La terraza-lounge cuenta con espectaculares vistas al cielo de Madrid y a las
calles del encantador barrio de Chueca.
Dispone, además, de una terraza cubierta cuyo interior cuenta con una ambientación diferente que ha sido
cuidada al detalle y que comprende una mezcla de mobiliario contemporáneo en diferentes acabados.
Podías optar por tomar algo junto a modernas chimeneas de leña, o al
aire libre, con mantitas que estaban en cada silla de la terraza.
Desde las 20:00 que nosotros llegamos, el ambiente era inmejorable. Tanto la zona cubierta como al aire libre, estaban llenos de grupos de chicos y chicas entre 25 y 35 años.
Comentar que a partir de las 20:45 la zona de la terraza cubierta comienza a preparar sus mesas para la hora de la cena.
En cuanto al precio de las consumiciones por estar en las alturas de la capital, van desde una copa de vino 3€ y tapas rondan entre los 6€ de unas croquetas y los 18€ de los ibéricos.
Comentar que a partir de las 20:45 la zona de la terraza cubierta comienza a preparar sus mesas para la hora de la cena.
En cuanto al precio de las consumiciones por estar en las alturas de la capital, van desde una copa de vino 3€ y tapas rondan entre los 6€ de unas croquetas y los 18€ de los ibéricos.
El precio es un poco superior a la media del terraceo madrileño, pero disfrutar de un cocktail con los tejados de Madrid a los pies, merece la pena.
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